Generación Sándwich o cuidar de toda tu familia

Adivina, adivinanza: 

Tenemos una mujer de entre 30 y 40 años con pareja y que trabaja a tiempo completo. Esta mujer tiene hijos pequeños y padres mayores que comienzan a necesitar de su ayuda un muchos momentos. Ella, por supuesto, se hace cargo de se hace cargo de sus hijos y de sus padres… 

¿A qué generación pertenece? 

Os presento una nueva generación de la que se comienza a hablar, aunque ya en 1981 la trabajadora social Dorothy Miller acuñó este término: La Generación Sándwich. Este concepto se define así porque simula a personas atrapadas entre el cuidado de sus hijos y sus padres.



Este término ha cambiado y tiene matices un poco diferentes a su definición original. En la década de los 80 las mujeres tenían menor representación en el mundo laboral y los hijos se independizaban antes; ahora, la mujer representa una pieza más del mundo laboral y los hijos tardan más en independizarse. En cualquier caso, se trata básicamente de lo que en el primer párrafo habéis leído: mujer de mediana de edad que trabaja y se encarga de criar a sus hijos y cuidar a sus padres (a veces también a sus suegros).

Desde la crisis económica de 2008, ha habido varios factores que han influido y que se han alimentado incluso más por las circunstancias posteriores: 

  • Escasas políticas de conciliación.
  • Trabajo precario.
  • Situación económica y social pospandemia que ha asfixiado especialmente a las mujeres. 

Existen varios motivos por los que las mujeres pertenecen a la generación sándwich: 

  • La estructura familiar ha cambiado ya que ahora en nuestro país la esperanza de vida de nuestros mayores va en aumento.
  • Nuestros jóvenes se van de casa cada vez más tarde por la alta tasa de paro juvenil.
  • La tasa de natalidad disminuyó bastante en las últimas décadas, provocando que el cuidado de nuestros mayores recaiga en menos personas. 

Cabe decir también, que cada vez más hombres realizan esta labor, pero a una edad más tardía: entre 45 y 60 años y con padres más envejecidos.

La situación institucional y de recursos sociales para la dependencia ha sufrido recortes y muchas familias deciden que, ante una situación de necesidad de algún familiar, la opción es que se mude a sus casas o realice visitas continuadas para asegurar el bienestar. Esto se traduce en una dedicación a tiempo completo al cuidado de tus padres y tus hijos, muchas veces sufriendo el síndrome de la cuidadora informal

No hay que olvidar que la productividad laboral se tiene que mantener y las tareas del hogar se tienen que realizar, lo cual conlleva en poco tiempo para el autocuidado, compaginar la vida en pareja y disfrutar del ocio, e implica estrés y ansiedad a toda la familia. También hay que sumar que cuando los mayores tienen que abandonar el hogar o tienen en su casa a su hija continuamente cuidándoles, se topa con la realidad de la vejez, se sienten inútiles porque pierden rutinas, dejan de frecuentar sus espacios de recreo y pierden relación con sus amistades.

Esto hace que los índices de depresión se disparen sobre todo en mujeres mayores que se sienten frágiles y dependientes cuando comienzan a notar que otra persona tiene que hacer lo que ellas ya no pueden - las cuidadoras suelen estar poco acostumbradas a dejarse cuidar - 

Imagen recogida de aquí

Pertenecer a la generación sándwich y no morir por la inmensa carga de trabajo que ello implica, puede traer consecuencias que perjudiquen tu estado emocional y de tu salud física. Te voy a dar varios consejos para equilibrar las responsabilidades de la generación sándwich:

  • Cuenta en tu trabajo la situación familiar que tienes. Cada vez más empresas facilitan la conciliación familiar y la adaptación de los horarios a sus trabajadores. Seguramente necesites negociar horarios de trabajo o tu empresa tenga algún beneficio para el cuidado de tus hijos o padres.
  • Intenta tener opciones de emergencia para situaciones inesperadas. Podemos referirnos tanto a tener algo de dinero ahorrado como tener el contacto de alguna profesional del cuidado para poder solventar situaciones problemáticas.
  • Si crees que se puede producir una situación de dependencia con tus padres, comunícalo a tu familia e intenta organizar opciones para repartir los cuidados.
  • Equilibra el tiempo y el dinero. A veces trabajar mucho o cuidar mucho sale caro: piensa qué compensa más y valora siempre anteponiendo tu bienestar físico y emocional.
  • Acude a profesionales de la comunidad para gestionar ayudas sociales o recursos comunitarios. Puedes pedir información en ayuntamientos, centro base o centros de mujer para solicitar ayuda a domicilio, el reconocimiento de dependencia o planes corresponsables que facilitan la conciliación familiar.

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