ÁNGELA FIGUERA AYMERICH: imprescindible poetisa de posguerra

En los años 50 del siglo pasado hubo muchas mujeres que hicieron poesía social, siendo Ángela Figuera Aymerich una de las personalidades más recias y emblemáticas de esta corriente poética que suele llamarse Poesía desarraigada de la postguerra española.
Nació en Bilbao, en 1902, donde residió, estudió el Bachillerato e inició estudios superiores: Filosofía y Letras. Al morir su padre en 1926, la familia , muy numerosa, pierde su única fuente de ingresos y Ángela, la mayor de siete hermanos, se ve obligada a aceptar una serie de empleos precarios para ayudar al sostenimiento de la familia. 



En 1930 se traslada a Madrid y termina sus estudios. En 1933 realiza unos cursillos para catedráticos de segunda enseñanza, obtiene uno de los primeros números y es destinada a Huelva, en 1934, ya casada con el ingeniero industrial Julio Figuera, que acaba de ganar una plaza de técnico del Instituto Nacional de Estadística en la misma ciudad.


En 1936, al estallar la Guerra Civil, Julio marcha voluntario al frente y ella da a luz a su hijo. Poco después toma posesión de una cátedra de instituto en Alcoy y más tarde, en Molina de Segura. 



Al terminar la guerra la familia se instala en Madrid. Ángela y Julio son expulsados de sus plazas de funcionarios, trabajó por su cuenta haciendo traducciones del inglés y del francés al español y fue la bibliotecaria del primer Bibliobús de Madrid. 

Escribió poesía durante toda su vida pero no editó su primer libro hasta 1948 Mujer de barro.



Ángela Figuera figura en numerosas antologías y en historias de la literatura, tanto españolas como extranjeras. Su obra ha sido estudiada dentro del contexto social de la poesía de aquellos años y traducida al inglés, ruso, polaco y ucraniano.

Después de Mujer de barro vino una larga lista de poemarios: Soria pura, Vencida por el Ángel, El grito inútil, Víspera de la vida, Los días duros, Belleza cruel, Toco tierra, Letanías y Antología total. En el video que adjuntamos a esta entrada se hace una sentida lectura de una selección muy cuidada de los poemas de la autora. 

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