Primeras castellanomanchegas: Mujer y niño del Abrigo Grande de Minateda (Albacete)

La pintura rupestre post-paleolítica (entre 6.000 y 4.000 años) llamada "Mujer y niño" es una de las representaciones de humanidad que, atravesando los siglos, han llegado a nosotras para hacernos sentir muy cercanas y parecidas a aquellas mujeres que habitaron las tierras manchegas hace muchos, muchos años.

Pero... ¿dónde anida la importancia simbólica de esa imagen que aparentemente es tan cotidiana?. ¿Qué tiene esa escena para que una mano experta decidiera fijarla (con grasa animal y pigmento de óxido de hierro) para contar algo a las generaciones futuras?... ¿qué nos está contando?... pues no sabemos, pero en este artículo voy a dar algunos datos que nos acercarán más a la verdad silenciosa que esconden estas dos siluetas prehistóricas. 

Hablemos primero del lugar: 

imagen del lugar en el s. XXI recogida de su web. 
un grupo de jóvenes ascienden al lugar rejado para proteger las pinturas de la idiotez humana

El Abrigo Grande de Minateda - que recoge esta escena de Mujer y niño, junto con otras 600 figuras representadas - debió ser un enclave muy importante para las comunidades cazadoras-recolectoras que se desplazaban por estas latitudes. El abrigo sería un hito geográfico de importancia. Un lugar donde reconocerse entre otros muchos grupos humanos desconocidos. Un punto de unión de clanes. Un lugar que rompería con la monotonía de la observación diaria de una naturaleza que se imponía sobre ellos y sus necesidades. En el Abrigo Grande de Minateda, esas figuras que habían hecho manos humanas tenía más poder que la naturaleza. 

Las pinturas - hechas según los expertos en distintos momentos y por distintas manos durante miles de años - hablaban de ellos, imágenes controladas en las que reconocerse, a través de las cuales crear una narración... la magia del arte... El abrigo de Minateda, mucho más que cualquier museo de hoy en día - nuestros ancestros no estaban acostumbrados a contemplar ficción -  debía tocar sus sentires profundos, llevarlos a sentimientos de trascendencia. Los abrigos rupestres son los primeros templos de la autoconciencia de los seres humanos. 

Me pongo en el pellejo de los más pequeños, veo sus ojos luminosos ante esa gran pantalla rocosa de cine rupestre. Mirarían sin pestañear cada escena. Los adultos contarían historias alrededor de cada imagen. Minateda sería un lugar de encuentro con la identidad del clan. Las historias familiares - esas que ha oído contar tantas veces al caer la noche cuando todos se reúnen a descansar alrededor del fuego - en Minateda tienen forma concreta. Todos pueden contemplarlas y describirlas sin miedo a que el hechizo visual se rompa. Lo mejor de mundo: un cuento ilustrado (aflora la bibliotecaria que llevo dentro)

Son muchas las voces expertas en arte rupestre, que abogan por significar las pinturas prehistóricas como una representación de los mitos que manejaban e identificaban la forma de entender el mundo de las comunidades de la edad de piedra.  

"Algunos investigadores están convencidos que estos abrigos son una especie de “santuario” aunque sin la connotación religiosa que ahora tiene esa palabra. Se trataría de un lugar de reunión, en el que los diferentes grupos humanos que vivirían en la zona intercambiarían conocimientos y objetos, se estrecharían los lazos entre ellos propiciando alianzas y la renovación de los clanes familiares y seguramente realizarían ceremonias comunales periódicas en las que pintar y más tarde observar escenas en la roca tendría un carácter primordial.

El significado de estas escenas es también desconocido. Probablemente estuviese ligado a la descripción del mundo mitológico de las sociedades que las crearon pero carecemos del código que nos explique su significado. Se intuye, no obstante, un marcado carácter narrativo en muchas de las escenas, por lo que hay quien se ha atrevido a asegurar que se están representando historias y mitos que hasta el momento solo habían perdurado gracias a la tradición oral.". Cita recogida de aquí


Vamos con la imagen protagonista de este articulo: Mujer y niño

Calco de Henri Breuil (1877-1961)


Estoy convencida de que nuestra visión del mundo del s. XXI, sesgada por la cultura de hoy, no puede entender esta imagen en su justa medida. Pero la escena nos resulta familiar. Es la imagen clave del mundo, la que ha hecho posible que hoy tu y yo estemos aquí. Una mujer que acompaña a una criatura en sus primeros años de vida, una acción tan básica y necesaria para la especie que miles de años después sigue dándose de forma idéntica. ¿Cuáles serían las situaciones ritualizadas de vida cotidiana entre una mujer paleolítica y la criatura a su cuidado?.... se me ocurre que podría estar instruyéndola en el reconocimiento de alimentos a recolectar. Evitando su muerte por ingestión de hongos venenosos. Mostrando la huella de animales peligrosos para alguien de corta edad que se aleja del grupo.

La verdad es que si me dan esta imagen descontextualizada hace unos años y me dicen que le ponga un título podría llamarla "llegando tarde al colegio", "cruzar la calle" o "a casa de la abuela a comer"... de hecho creo que voy a hacer una convocatoria popular en redes sociales para titular la escena y a ver que ocurre.
 
Bromas a parte. No estamos acostumbradas a ver este tipo de imágenes rupestres no porque no las haya, sino porque nunca a interesado a la arqueología tradicional mostrar y dar importancia al hacer de las mujeres prehistóricas. Ellos siempre elegirán mostrar una épica  escena de caza (cuestión masculina que, por supuesto, si es mucho más importante que criar hijos sanos física y psíquicamente, aptos y adaptados al entorno y a las sociedades a las que pertenecen) y por ello tenemos la cabeza llena de este tipo de imágenes rupestres.

Imagen perteneciente también al Abrigo Grande de Minateda, recogida de aquí

Sobre el Abrigo Grande de Minateda, su historia y algunos datos morbosos sobre su expolio por parte de los arqueólogos franceses, encontraréis mucha información en internet, pero pocas palabras se vierten sobre la gran cantidad de mujeres que aparecen representadas en esa gran pared rocosa albaceteña. Prometemos dedicarles sendos artículos también a ellas.

No quería acabar este artículo sin ofrecer este dato:

Durante el año 1935, se concedió el permiso para investigar el arte rupestre levantino a un grupo de investigadoras (si, con a). La rompedora directora de la expedición fue la arqueóloga, pintora y fotógrafa alemana María Clara Augusta Weyersberg. En su equipo contaba con otras 3 mujeres dibujantes y estudiosas de la historia: Käte Marr, Elisabeth Charlotte Pauli y Erika Trautmann. Comenzaron sus estudios y conocemos sus pretensiones gracias a los cuadernos de Maria Clara Augusta Weyersberg, en los cuales estaba marcado el itinerario de estudio y realización de calcos por toda la zona del rupestre levantino. Sabemos que en mayo de 1936 recibieron un telegrama en el que se les pedía que salieran del país por no poder garantizar su seguridad. La expedición se truncó por el comienzo de la Guerra Civil Española. Personalmente me hubiera encantado poder leer sus reflexiones sobre la pared rocosa de Albacete y la protagonista de este artículo. Estoy segura que una mirada femenina hubiera generado reflexiones interesantes y novedosas. 

E. Pauli y M. Weyersberg trabajando en sus calcos rupestres.
Imagen recogida de la pag 89 del ensayo de Alexis Armengol García sobre Minateda

Dejo aquí incrustado el mapa que vamos realizando poco a poco, donde podrás encontrarte con todos los vestigios arqueológicos que hablan de quienes fueron las mujeres que habitaron estas tierras antes que nosotras:

 
Fuentes

Comentarios

  1. Hola. Me pregunto qué datos hacen pensar que la figura grande es una mujer. He leído en otro lado que en la prehistoria no había una división sexual del trabajo como la hubo después. La pintura de la que aquí se habla ¿no podría ser la escena de una persona adulta entrenando a una criatura?

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  2. Hola Rosario. Me alegra mucho que hayas dejado este comentario porque esta pregunta hace pensar.
    Perfectamente podría hacerse una interpretación más amplia, pero la arqueología es una disciplina que ha proyectado en nuestros ancestros las estructuras patriarcales de nuestra cultura.

    Yo no soy arqueóloga, ni historiadora. Simplemente soy una devoradora de libros a la que le gusta investigar y escribir para divulgar. Al respecto de esta pintura, no me siento con autoridad de negar la lectura de los especialistas que dan por hecho que es una figura femenina y una figura infantil, pero si me siento con autoridad para dar la importancia que tienen esas tareas de crianza, cuidado y educación civilizatoria y humanizante que por considerarse femeninas, se han menospreciado.

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