Olimpo QUEER. Hércules travestido.

Como buena "invertida" me encanta encontrarme con documentos que demuestran que la historia ha estado siempre plagada de fluidez en el género. Las transgresiones que nos parecen modernas, en realidad son mas viejas que la tos. 

Cuenta el mito que en uno de sus viajes, Hércules, el más varonil de los héroes griegos, es vendido como esclavo a Ónfale, reina de Ligia.  Durante los tres años de esclavitud a los que es sometido, la reina Ónfale decide yacer con Hércules a cambio de que él - héroe machote donde los hubiese, fiel aliado del recién externado patriarcado y matador de "bestias" asociadas al poder femenino - intercambiara los roles sexuales con ella. Hércules debía vestir de mujer y llevar a cabo tareas femeninas como hilar y tejer, mientras que ella a modo de dominatrix portaba la piel del león de Neméa - símbolo del poder del héroe por ser esa piel el testimonio de su heroicidad y una de las pruebas que lo hace digno de formar parte de los dioses del Olimpo.

Algunas imágenes impactantes que nos deja la historia del arte sobre este mito son realmente curiosas. La mitología ha sido siempre una fuente de inspiración para dejar volar las fantasias humanas. Así lo muestran las siguientes pinturas:

Charles Gleyre s. XIX

Heracles a los pies de Ónfale, de Gustave Boulanger

Cuando se revisa la mitología clásica con las gafas moradas puestas, nos damos cuenta de que las historias de Melrose Place que narraban los griegos - que iban de machotes pero eran un poco mariconcetes - eran un reflejo manipulado de los paisajes mentales posibles de la cuna de occidente. Los artistas que a partir del renacimiento vuelven a dar vida a esos mitos a través de sus pinceles, demuestran que las fantasías eróticas de los griegos, son las mismas que las de los hombres de los siglos posteriores.

Hércules y Onfala, atribuido a Peter Paul Rubens 

(Real Academia de Bellas Artes de San Fernando)


Autoría desconocida, recogida de aquí

Esta última imagen, me encanta tanto que no he podido dejar de incluirla a pesar de no conocer la autoría. Te la dedico, hermano Adrián, que se que te va a encantar esa mezcla de corporalidad brutal, con la sensibilidad del uso de las manos al coger el hilo. En esta imagen no hay intercambio de roles en la vestimenta - ni Onfale porta pieles, ni Hércules túnicas - pero no hace falta. La mirada sumisa del héroe ante la dama no necesita más artificios. En ella se refleja el juego de fluidez entre lo masculino y lo femenino y así debería ser siempre, sean quienes sean los agentes que participen en el juego de seducción. 

Hércules y Orfale sabían hace más de 2000 años que los corsés del género aprietan demasiado en la cama.


Hércules en la corte de Onfalia. Cranach el viejo. 1537




Hércules y Ónfale de Diego López el mudo.
Pintura del s.XVII, recogida de aquí


Me encanta esta historia y estas imágenes. Me encanta poder despojar a Hércules (Heracles para los romanos) del peso enorme de ser un arquetipo de masculinidad. Si este héroe musculado - al que no había misión bravía que se le atragantase en solitario - podía relajarse en la cama, todos los hombres del mundo pueden hacerlo. ¡Animo, machotes!









Comentarios

  1. Esto no constituye ningún descubrimiento. Todos los que hemos estudiado sabemos que nuestra civilización, nuestra sociedad, tiene base grecorromana. Y, en aquellos tiempos, nadie prejuzgaba a los demás. Incluso se puede afirmar que las relaciones personales no se basaban únicamente en la heterosexualidad.
    Lo que ocurrió después es que afloraron religiones que condenaron muchos patrones normales de comportamiento.
    Así que no existe nada nuevo bajo el sol.

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