Curiosidades misóginas del saber eclesiástico en la Edad Media

En la Edad Media la ciencia estaba en manos de los religiosos. En el oscurantismo imperante en los monasterios medievales, se escribían los tratados científicos basados en formas de pensamiento que hundían sus raíces en el dogmatimo cristiano - aceptado por todos. La experimentación, la observación y el ensayo-error, como base de lo que hoy conocemos como única posibilidad de hacer ciencia, en muchos casos era tabú. Todo ello, sumado a la misoginia que la Iglesia católica, hacía que se asumiesen como verdades absolutas de la naturaleza, algunas curiosas y machistas premisas que hoy venimos a contar: 

    "Útero grávido" láminas de dibujas anatómicos de Leonardo Davinci (1511)
    • Senos, sangre menstrual y leche materna. 
    Ilustración anatomía femenina s. XV 
    En esta época la literatura científica concede muy poca importancia  los senos, solo los considera órganos transmisores de los humores femeninos, es decir, órganos de lactancia; dicha literatura afirmaba que la leche materna era sangre menstrual que, poco antes del parto, y a consecuencia de una modificación de la circulación sanguínea que se blanqueaba y subía al pecho. 
    La Edad Media había heredado de la antigüedad la creencia en una doctrina de los humores que condicionaba los temperamentos de las personas y tenía efectos profundos sobre la conducta y propensión de las personas.

    Se creía firmemente que la madre trasmitía con su leche su propio temperamento al hijo amamantado. Esto explica el elevado concepto que Bernardo de Claraval - Doctor de la Iglesia Católica y personalidad esencial de la religiosidad en la Europa del s. XI - tenía de su madre, dando enorme importancia al hecho de que no permitiera, a pesar de ser de clase alta, que otra mujer amamantase a sus hijos, de modo que ellos pudieron mamar la bondad de su madre junto con su leche. 

    Otra creencia referente a la sangre menstrual, era que los pelirrojos tenían ese color de pelo por haber sido concebidos durante el periodo menstrual. Algo que era un gran tabú y que servía para acusar de brujería a todos aquellos que nacían con el distintivo aterrador de un color de pelo poco común (sin duda la marcha del diablo) y las madres cuya menstruación embrujada les daba la vida. 

    • Homúnculos: seres humanos completos minúsculos en el semen. 
    La iglesia afirmaba que, en el coito, el varón depositaba en el cuerpo de la mujer un homúnculo, es decir un "pequeño ser humano" completo, con el alma incluida. El pequeño hijo del varón simplemente pasaba nueve meses cobijado en el útero de la madre, que desde este punto de vista era una mera incubadora que además hacía la comida para el padre. El homúnculo no estaría realmente a salvo hasta pasar otra vez a manos de un hombre: el cura que debía bautizarlo, asegurando de este modo la salvación de su alma inmortal. 
    La causa de que - al menos la mitad de las veces - la descendencia fuese mujer, se atribuía a un fallo en el semen del varón, que al no ser de buena calidad generaba "hombres frustrados" (es decir mujeres). Esta teoría fue defendida por Santo Tomas y tenida como válida hasta bien entrado el siglo XIX, a pesar de que Galeno  - médico de la antigüedad greco-romana - ya reconocía una participación biológica de la madre en el embrión. 



      • Los cuerpos celestiales perfectos.  
      Otra deprimente fantasía de ciertos pensadores religiosos medievales era que en el momento de la resurrección todos los seres humanos renacerían bajo forma de varones, por ser esta la forma más perfecta homóloga a la de Nuestro Señor, que hizo al ser humano a su imagen y semejanza. El cielo era cosa de hombres, no sabemos si el infierno estaría lleno de seres femeninos o si a los malos hombres los dejaban tener forma masculina entre las llamas de la desesperación, pues darles forma de mujer era una experiencia de sufrimiento excesiva.
      Jesucristo se aparece a quinientos, de Grant Romney Clawson

      •  La virilidad y el exceso de semen 
      Cuando una mujer daba a luz varios hijos, se debía a una cantidad excesiva de semen que acababa desparramándose por una serie de celdas que contenía el interior de la mujer y en las que se gestaban distintas criaturas.



      Bibliografía asociada a esta entrada:
      - "Brujas, comadronas y enfermeras: historia de las sanadoras". Bárbara Ehrenreich. Revista Cuadernos inacabados 1.
      - Artículo Yoroboku sobre las prácticas médicas de ambrosie de Paré
      - Mujeres, familia y linaje en la Edad Media. Carmen Trillo.

      Comentarios

      1. Increíble, tantas cosas que no imaginas si no las ves ,,,muy bien representada la imagen de Leonardo Da Vinci, sólo, no logró ver desde dónde nace el cordón umbilical?, qué es un cuadro, un boceto, dónde están esas obras?,,,gracias por despertarnos tanta curiosidad ,gran aporte!!❤

        Margarita Camila Vera

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